martes, 6 de enero de 2009

Soberana del Océano

¡San Sebastián! Con esa palabra mágica se condensan los ensueños de toda la juventud florida de la Corte, los afanes del periodista, los ideales del periodista, los ideales del poeta, el reposo plácido del hombre de negocios, las ansias de los gourmets, las exhibiciones del lujo y de la belleza y hasta el bullir de los políticos y de los diplomáticos. La ciudad realmente justifica la irresistible atracción que ejerce sobre el centro. Admirablemente administrada y reuniendo la rectitud  de sus fueros tradicionales a todas las amplitudes del progreso y de su contacto con Francia, florece en un grado muy superior al de todas las otras poblaciones similares de España. Hermosas avenidas, arboledas exhuberantes de vegetación, hoteles de todas categorías, desde el principesco hasta el de la humilde pensión de familia; puentes, coches, tranvías, automóviles, todo lo encuentra el viajero en esta bella Easo, que por su cielo y gracia parece una villa italiana, por su cortesía y cultura una capital francesa y por du confort y aseo una de las estaciones balnearias más atendidas de Inglaterra. Mas sobre todo esto, reúne un carácter simpático y único entre todos los puertos y playas a donde acude la gente del interior. Diríase que aquí se celebra en los meses del estío una especie de apoteosis o transformación resplandeciente de la clase media más acomodada.

La fiesta es perenne, la alegría constante, a todas horas se oye la musica, dos conciertos diarios clásicos o románticos en el Casino, las bandas municipales obsequian al pueblo en el Boulevard con trozos escogidos, ast del género chico como del mismísimo Wagner, teatros, toros, zortzikos, orfeones, regatas de balandros, fuegos artifi ciales y partidos de pelota, centenares de lindas muchachas vestidas casi siempre de blanco con gasas, encajes y plumas ondeantes en los sombreros; bandadas de preciosos niños jugando en la playa, cien automóviles rodando sin cesar por las vías y las carreterase todo el mundo con ganas de ver y ser visto y cada cual sacrificando a las apa riencian de un mes, los ahorros y quizás las privaciones de todo un año. La población flotante oscila entre veinte y treinta mil forasteros y puede figurarse el lector lo que son capaces de hacer eson millares de españoles, resueltos a divertirse a todo trance y a sacarles el jugo a los cuartas que con trabajo y quizás con apuros, fueron reuniendo para mostrarse unos dúas ante el mundo como les seres más felices y envidiados

Aquí parece que nadie sufre, que nadie llora y que nadie se muere, Yo he llegado a sospechar que ocultan a los enfermos y que los muertos los conducer, de noche a la última morada, como pasa en los balnearios concurri don, porque jamás he oido hablar de ninguna pena ni me he tropesado con un solo entierro durante los muchos afios que visito esta perla del Cantábrico. Así que canfieso mi absurda sorpresa cuando por primera vez desde una altu ra va lo lejon una pequeña extensión cuadrada en la que se destacaban piedras blancas con calados géticos ena tadas en cruz y me dijeron que era el cementerio exclamando yo entonces con extrañeza gedečnica. Pero Dios min, aquí también se muere la gentel (Y en ese cuadro tan pequerio cabe la vida de toda esa inmensidad tan gran de y tan alegre que se extiende alrededor!

Biarritz es la rival de San Sebastiánc ambas se raputan la gente rica que veranes. Tal vez en la villa francesa se acu mulers más capitales, se despliegue más lujo y se derroche más dinero. Pero San Sebastian aunque no la supera en ele gancia tiene una nota más atractivu, más noble, más dulce, que haria muy mal en desvirtuaria, como algunos pretenden, y es la de cierta honestidad y familiar decoro que presta a las costumlares un tono muy interesante del respoto a la moral

Y no es que se imponga a todo veraneante la agitación buliciosa de las fiestas perennes, pues la naturaleza fe y exuberante del campo en les alrededores ofrece atractivo encantador y paisajes deliciosos a los que quieran vivir alejados de la sociedad entre las flores, parques y arboledas. Las orillas del Urumea compiten con las más pintorescas del mundo, el valle de Loyola recuerda el colorido y la poesia de la tierra de Galicia, multitud de pueblos ya en la costa ya en el interior son otras tantas perlas engarsudas en la regia corona que cine esta graciosa Soberana del Océano

En Galicia, cuya belleza en las rias bajas sobrepasa los panoramas más pintorescos del Occidente, pudiéndo sele comparar a Suiza, hay el inconveniente para el viajero de la falta de comodidades en toda expedición, la esca ser de medios y el estado primitivo de alojamientos y hospedezias. Aquí todo está previsto y hasta para las excur siones más arriesgadan hay facihdades en la comunicación, un lugar donde aposentarse, un edificio grande e chico donde guarecerse y un hotel a casa donde comer o dormir

La temporada se aproxima a su término. Ded quince al veinte (de septiembre) las golondrinan que revolote-aron por los boulevares, salones, hoteles y casinos de la bella Ease, habrán partidu, alitunas de ellas desplumad Siempre, at se han perdido algunas esperanzas, se han comprado muchos recuerdos. Acaba el periodo de la ciudad cosmopolita y empieza el imperio de la villa vaseuence con su poderoso sentido práctico, sus virtudes civicas y is honrada hidalguia de esta raza potente, la primitiva y la más constante entre todas las ibéricas

Anóniamo "Diario de la Marina"

La Habana. Septiembre de 1907










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