jueves, 19 de abril de 2012

Aquarium

Nada de particular tiene que una ciudad como la nuestra, nacida junto al mar y que parte de ella está construida en terrenos ganados a aquel, tenga gentes con aficiones e inquietudes relacionadas con el mar y sus problemas.Estas inquietudes y aquellas aficiones se plasmaron en la creación de la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, cuyo antecedente inmediato está en la que existía en Burdeos, que tenía en San Sebastián a dos corresponsales o delegados, don Miguel Orcolaga, meteorólogo del Observatorio de Igueldo, y don Pedro Soraluce, director del Museo Municipal, quienes consiguieron en 1891 abrir un pequeño Aquarium, piscifactoría y estanque de peces que estaba ubicado donde hoy se halla el Real Club Náutico.

Aquellos pioneros, constituidos en Sociedad de Piscicultura, editaban un boletín y con el apoyo del Rey, de los Ministerios de Marina y Fomento y del Ayuntamiento donostiarra consiguieron abrir una Escuela de Pesca, que comenzó sus clases el 9 de Enero de 1912 en la iglesia de San Pedro. Se daban clases en invierno, cuando hacía mal tiempo y si estaban los barcos de arribada, y resulta curioso el saber que anunciaban los días que había clases poniendo un transparente blanco en el ventanal de la capilla de los Mareantes de la citada iglesia de San Pedro.

De todo aquel movimiento surgió la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa tras una reunión celebrada el 19 de Septiembre de 1908 en la Comandancia de Marina bajo la presidencia del capitán de Fragata, comandante de Guipúzcoa, don Joaquín Escoriaza. La primera junta directiva la formaban don Paulino Caballero, director del Instituto de Segunda Enseñanza, como presidente; don Julián de Salazar y el Doctor Vic, como vicepresidentes; don León Cartón, tesorero; don José Gorostidi, secretario; don Pedro Manuel de Soraluce, archivero, y los vocales siguientes : don Miguel Orcolaga, don Manuel Mercader, don José Domereq, don José Manuel Martínez Añibarro, don Baldomero López Cañizares, don Javier Peña y Goñi, don Alberto Machimbarrena, don Fernando Molina y don José María Aristeguieta. El local social estaba en la Calle Campanario, número 11.

Inmediatamente crean un Museo Oceanográfico, que instalan en una de las dependencias del Instituto de Segunda Enseñanza y un laboratorio que funcionaba en uno de los almacenes de la dirección de Obras Públicas, en la casa-torre del muelle.

En enero de 1915 se trasladan del local yéndose a la calle Aldamar, al edificio donde estaba el Salón Miramar y allí abren el 10 de Agosto de 1916 un Museo Oceanográfico, asistiendo al acto inaugural la Reina Madre Doña María Cristina, el Nuncio de Su Santidad, el Comandante de Marina, don Felipe Arnaiz, el presidente de la Diputación y presidente de la Sociedad don Ladislao Zavala.... El marqués de Seoane fue nombrado director del Museo, don Sebastián Gómez Izaguirre conservador y don Fernando Debuen subdirector del laboratorio.

El sitio era pequeño y los proyectos eran muchos, pero no podían desarrollarse en aquel lugar. Al nombrarse a don Vicente Laffitte presidente de la Sociedad se inician las gestiones para construir un Palacio del Mar, donde estaría el Aquarium. Era el año 1920 y las dificultades numerosas, pero ello no suponía mucho para la tenacidad de aquellos hombres.

Había un proyecto de un Museo Vasco que abarcara historia, arte, agricultura, pesca, industria y comercio, proyecto elaborado por don Ramón Luis de Camio, que hizo suyo la Sociedad Vascongadas de Amigos del País. El Ayuntamiento donostiarra, a quien acudió con el proyecto la Diputación, pidió se demorase en tanto no se resolviese la construcción de los cuarteles y la entrega de San Telmo por el Gobierno al Municipio. Pero la Sociedad Oceanográfica, por su parte, no se resignaba a esa demora, ya que el lugar que ocupaba en el Miramar de la calle Aldamar era insuficiente.

Se comenzó a buscar sitio adecuado para construir el soñado Palacio del Mar y se eligió el del final del muelle, que era propiedad del Estado. Tras solicitar al Gobierno la cesión, se consiguió la concesión. Comenzaba así la historia del actual Aquarium, cuya primera piedra se puso el 22 de septiembre de 1925. El autor del proyecto era el arquitecto don Juan Carlos Guerra y el importe de las obras ascendió a 328.000 pesetas. Los cimientos del edificio descansan sobre la misma roca.

La instalación interior  estuvo dirigida por el profesor Marco Fedele, de la Estación de Zoología Marítima de Nápoles, estación que había regalado una colección de cuarenta animales pelágicos.

El Aquarium constaba de una Escuela de Pesca para patrones y fogoneros, un museo de oceanografía, donde se exponían clasificadas la flora y la fauna de nuestras aguas marítimas; laboratorios para estudiar la parte física, química y bacteriológica del mar y la atmósfera, régimen de vientos, etc. En el piso principal estaba el Museo Naval Provincial, en el que figuraban recuerdos de nuestros gloriosos marinos. Tenía trece piscinas, donde se podían contemplar las especies vivas capturadas en nuestras aguas.

El agua se aspiraba del mar por medio de una bomba centrífuga, que funcionaba por un motor eléctrico, habiendo de reserva uno de gasolina. Se tomaba del mar una vez al mes, un día de mar bella. Dos grandes depósitos situados bajo el piso y otros dos elevados sobre el techo almacenaban el agua para un mes y diariamente se ponía en movimiento por la bomba y arrojaba el agua con presión a cada piscina a fin de que arrastrase burbujas de aire y con ellas el oxígeno para las especies que allí había.

La inauguración del Aquarium fue todo un acontecimiento y tuvo lugar el 1 de Octubre de 1928, asistiendo los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, la Reina Madre Doña María Cristina, el Presidente del Gobierno general Miguel Primo de Rivera, que fueron recibidos por el Presidente de la Sociedad Oceanográfica don Vicente Laffitte, al alcalde de la ciudad don José Antonio Beguiristain, comandante de Marina señor Nardiz, rector de la iglesia de San Pedro reverendo Cendoya, concejales señores Cafranga, Ibañez, Otermin, De los Santos y Aristeguieta, gobernador militar general Aranzabe, gobernador civil señor Chacón y asambleístas señores Pradera (don Víctor) y Larrañaga.

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Juan María Peña Ibañez



















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