Veinte fueron los alumnos que aquel curso acudieron por vez primera a las clases el 12 de septiembre. La base de la enseñanza era el francés completada con lecciones de inglés y asignaturas de la carrera de Comercio y clases de religión. Había alumnos internos que pagaban 75 pesetas al mes, mediopensionistas que pagaban 45 y 15 pesetas los externos. El éxito fue inmediato y a finales de aquel curso los alumnos eran 110. No cabían en aquel piso y se pensó en trasladarse a otro lugar más amplio. En la calle de Sánchez Toca estaba desde 1901 la Sociedad Escolar que regían los hermanos Pena, quienes querían vender el inmueble. Este era amplio, de tres plantas y sótano, tenía veintiséis metros de fachada y treinta de fondo, dando la parte trasera a la calle Larramendi. Se llega a un acuerdo con los propietarios y el 29 de septiembre de 1905 se adquiere el local, iniciándose una nueva etapa. Se comienzan a impartir clases con arreglo a los programas de la segunda enseñanza española, yendo los alumnos a examinarse al Instituto. En 1906 había 153 alumnos y en 1907 eran 210. Aquel colegio reunía alumnos de diversas nacionalidades, y así en una clase había españoles, franceses, belgas, italianos, alemanes y un griego, Gabriel Verkós.
El 20 de enero de 1929 el colegio celebró las bodas de plata de su inauguración en la calle Mayor. Hubo una misa, oficiada por don Antonio Olondris, profesor de religión, predicando el P. Arbide. Luego los antiguos alumnos con los profesores se reunieron en una comida que tuvo lugar en el Hotel Argentino, sito en la calle Echaide esquina a San Marcial.
En 1936, durante la ocupación de San Sebastián por el frente popular, el colegio se convirtió en cuartel general de la CNT, quedando desmantelado, destrozadas las aulas, los dormitorios, las cocinas, etc. y la imagen del Sagrado Corazón que presidía todos los actos del colegio fue "fusilada" y luego arrojada a los sótanos. Aquella imagen, una vez restaurada, fue reintronizada solemnemente el 17 de mayo de 1943, oficiando en la ceremonia el Rvdo. don Eugenio Beitia, vicario general de la diócesis de Vitoria. Antes de huir los de la CNT quisieron volar el edificio con una carga de dinamita, pero una mano providencial apagó a tiempo la mecha.
Arreglado el colegio, volvieron las clases bajo la dirección del Hermano Esteban Múgica. Al ser San Sebastián durante la guerra civil lugar de refugio de tantas familias españolas que huían de sus lugares de residencia empujados por la ventolera de la contienda fratricida, en el colegio encontraron docencia muchos chicos de otras regiones, viéndose las clases superpobladas.
El colegio se iba quedando pequeño y en 1957 se compró parte de la finca de Mundaiz, propiedad de la familia Olazabal Ramery y dos años después comenzaron allí las clases de segunda enseñanza, siguiendo en Sánchez Toca las de primera. Hasta que en marzo de 1973, construidos los pabellones de Mundaiz, se cerraron las instalaciones del viejo colegio de la calle de Sánchez Toca.
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